¿Qué es un hacker? Los 9 ejemplos más terribles

Por Tibor Moes / Actualizado: enero 2024

¿Qué es un hacker? Los 10 ejemplos más terribles (2023)

En la era digital, la piratería informática se ha convertido en un reto formidable que compromete la seguridad personal, corporativa y nacional.

Este artículo profundiza en los nueve ataques de piratería informática más catastróficos de todos los tiempos, proporcionando estadísticas y análisis perspicaces para comprender su impacto e implicaciones.

¿Qué es un hacker (un pirata informático)? La piratería informática describe una serie de actividades cuyo objetivo es poner en peligro ordenadores y redes explotando sus vulnerabilidades de seguridad. Aunque el pirateo puede utilizarse para hacer el bien, la mayoría de los ataques se llevan a cabo en beneficio de los piratas informáticos.

  • Gusano Morris (1988): Un programa experimental que se descontroló, infectando el 10% de los ordenadores conectados entonces a Internet. Los daños económicos se dispararon a millones, partiendo de una estimación inicial de 100.000 dólares.
  • Ataques de Kevin Mitnick (1994-1995): La notoria racha de hackeos de Mitnick provocó graves fallos de seguridad en varias empresas. El coste de sus actividades se estimó en casi 300 millones de dólares.
  • Filtración de datos de Yahoo (2013-2014): La mayor violación de datos de la historia, que afectó a los 3.000 millones de cuentas de Yahoo. Yahoo aceptó posteriormente un acuerdo de 117,5 millones de dólares por la filtración.
  • Violación de datos en las tiendas Target (2013): Una violación masiva de la red de Target comprometió cerca de 40 millones de cuentas de tarjetas de crédito y débito. Esta brecha se produjo durante la crucial temporada de compras navideñas.
  • Hackeo a Sony Pictures (2014): Una importante brecha que provocó la filtración de datos confidenciales, incluidas películas sin estrenar e información personal de los empleados. Sony Pictures destinó 15 millones de dólares para hacer frente a los daños.
  • La brecha de Home Depot (2014): Aproximadamente 56 millones de números de tarjetas de débito y crédito fueron robados durante unos meses. Esta brecha puso de manifiesto las vulnerabilidades de los sistemas de los puntos de venta minoristas.
  • Hackeo de Ashley Madison (2015): Más de 2.500 registros de clientes salieron a la luz, desafiando la promesa de privacidad y confidencialidad del sitio web. La brecha expuso datos personales, lo que provocó consecuencias públicas y personales para los usuarios.
  • Ataque del ransomware WannaCry (2017): Un ciberataque global que afectó a unos 200.000 ordenadores en 150 países. El impacto financiero de WannaCry fue potencialmente de hasta 4.000 millones de dólares.
  • Hackeo a SolarWinds (2020): Un sofisticado ataque que afectó hasta a 18.000 usuarios del software Orion de SolarWinds. Esta brecha puso de relieve la vulnerabilidad de las cadenas de suministro de software y la complejidad de las ciberamenazas.

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Ejemplos de pirateo hacking (piratería informática)

1. Morris Worm (1988): La pandemia digital

En 1988, el mundo digital se enfrentó a su primera gran embestida, un llamativo recordatorio de la fragilidad de la floreciente Internet. El Gusano Morris, como llegó a conocerse, era un programa experimental que se descontroló.

Desarrollado por un joven licenciado de Cornell llamado Robert Tappan Morris, el gusano no pretendía inicialmente causar daños. Sin embargo, debido a un error de programación, se replicó de forma agresiva. En apenas 24 horas, este cibercontagio había infectado unos 6.000 ordenadores.

Esta cifra puede parecer modesta para los estándares actuales, pero suponía un asombroso 10% de las aproximadamente 60.000 máquinas conectadas entonces a Internet. Las ramificaciones financieras fueron tan alarmantes como la propia brecha.

Las evaluaciones iniciales de los daños fueron conservadoras, partiendo de unos 100.000 dólares. Pero a medida que se hizo evidente el alcance total de la perturbación, las estimaciones de costes se dispararon, llegando a alcanzar los millones.

Este temprano incidente marcó un momento crucial en la historia de Internet y puso de relieve la necesidad de adoptar medidas de ciberseguridad sólidas.

2. Los ataques de Kevin Mitnick (1994-1995): El coste de la curiosidad

Avanzando hasta principios de los 90, nos encontramos con una de las figuras más notorias en los anales de la ciberdelincuencia: Kevin Mitnick. Su saga, que se desarrolla entre 1994 y 1995, se lee como un thriller digital. Mitnick, un hacker con un don para irrumpir en algunas de las redes más seguras, dejó un rastro de caos digital.

Las empresas objetivo de Mitnick sufrieron enormemente y estimaron el impacto financiero de sus intrusiones en casi 300 millones de dólares. Esta asombrosa suma refleja no sólo los daños inmediatos, sino también las implicaciones más amplias para estas corporaciones. Tuvieron que reforzar su seguridad, evaluar el alcance de las violaciones de datos y hacer frente a las consecuencias de que sus vulnerabilidades quedaran expuestas tan públicamente.

Las hazañas de Mitnick fueron más allá de las meras pérdidas financieras; sirvieron como una llamada de atención al mundo corporativo, subrayando la acuciante necesidad de ciberseguridad avanzada y vigilancia en la era digital.

3. La filtración de datos de Yahoo (2013-2014): Una catástrofe digital

La filtración de datos de Yahoo, ocurrida entre 2013 y 2014, constituye un asombroso recordatorio de las vulnerabilidades inherentes al almacenamiento de datos digitales. Al principio, no se comprendió del todo el alcance de esta brecha.

Sin embargo, más tarde se reveló que los 3.000 millones de cuentas de Yahoo se vieron comprometidas en el robo de datos de 2013, lo que la convirtió en la mayor violación de datos de la historia. La magnitud de esta violación es alucinante, ya que afectó a la mitad de los usuarios de Internet del mundo en ese momento.

Las repercusiones para Yahoo fueron graves, tanto en términos de confianza como financieros. En respuesta a esta violación masiva de la privacidad de los usuarios, Yahoo llegó a un acuerdo revisado de 117,5 millones de dólares para compensar a los millones de personas cuyas direcciones de correo electrónico y otros datos personales fueron robados.

Este incidente no sólo puso de manifiesto los inmensos riesgos asociados al almacenamiento de grandes cantidades de datos personales, sino que también subrayó la necesidad de adoptar medidas de ciberseguridad sólidas para protegerse de estos robos de datos a gran escala.

4. La filtración de datos de las tiendas Target (2013): La pesadilla de un gigante minorista

En 2013, Target, una de las mayores cadenas minoristas de Estados Unidos, vivió una pesadilla antes de Navidad. El 19 de diciembre, la empresa confirmó públicamente una violación masiva de datos, en la que aproximadamente 40 millones de cuentas de tarjetas de crédito y débito quedaron expuestas debido a una brecha en su red.

Esta brecha no sólo afectó a millones de clientes de Target, sino que sacudió de lleno a la industria minorista. La brecha se produjo durante la crucial temporada de compras navideñas, un momento en el que los consumidores realizaban numerosas transacciones, lo que amplificaba las posibilidades de fraude y pérdidas financieras.

Este suceso sirvió como una dura llamada de atención para el sector minorista, subrayando la necesidad crítica de protocolos de seguridad estrictos, especialmente en el manejo de datos sensibles de los clientes, como la información de las tarjetas de crédito y débito. Puso de manifiesto las vulnerabilidades de los sistemas de los puntos de venta e impulsó un debate a escala nacional sobre la mejora de la protección de los datos de los consumidores en el sector minorista.

5. El pirateo de Sony Pictures (2014): El alto coste de la vulnerabilidad cibernética

El hackeo de Sony Pictures en 2014 fue un ciberataque dramático y sin precedentes que captó la atención del mundo. Esta intrusión no solo comprometió los datos confidenciales de la empresa, sino que también tuvo importantes repercusiones financieras.

En sus finanzas del primer trimestre de 2015, Sony Pictures destinó la importante cantidad de 15 millones de dólares a gestionar los daños continuos derivados del hackeo. Este impacto financiero fue sólo la punta del iceberg. El hackeo provocó la filtración de varias películas inéditas, información personal sobre empleados y famosos, y multitud de correos electrónicos confidenciales.

Más allá de los costes financieros inmediatos, el incidente infligió un grave daño a la reputación de Sony Pictures, planteando cuestiones sobre las prácticas de seguridad corporativa y la protección de la información personal y de propiedad en la industria del entretenimiento.

Este suceso sirvió como un duro recordatorio de las vulnerabilidades en la seguridad de los contenidos digitales y de lo mucho que está en juego en la protección de los datos corporativos.

6. La brecha de Home Depot (2014): Una crisis de seguridad en el comercio minorista

En 2014, The Home Depot, un minorista líder en mejoras para el hogar, se enfrentó a una brecha de seguridad masiva. Entre abril y septiembre de ese año, se calcula que se robaron 56 millones de números de tarjetas de débito y crédito de clientes de Home Depot.

Esta brecha no sólo supuso una importante invasión de la privacidad de los clientes, sino que también planteó un riesgo sustancial de fraude financiero para millones de personas. La brecha se produjo debido a un ataque de malware contra el sistema de puntos de venta de la empresa, lo que puso de manifiesto las vulnerabilidades de los sistemas que utilizan a diario los minoristas de todo el mundo.

El incidente impulsó a Home Depot a actuar, lo que condujo a cambios generalizados en sus protocolos de ciberseguridad y a la implantación de sistemas de pago más seguros. También sirvió como lección crucial para la industria minorista sobre la importancia de salvaguardar la información de los clientes y las consecuencias potenciales de no hacerlo.

7. El pirateo de Ashley Madison (2015)

En 2015, el mundo digital fue testigo de un tipo diferente de ciberataque, uno que apuntaba al tejido mismo de la privacidad personal: el hackeo de Ashley Madison. Esta brecha no se limitó a los números; fue una invasión descarnada de las vidas personales.

El 21 de julio, más de 2.500 registros de clientes fueron liberados por un grupo que se hacía llamar “The Impact Team”. El incidente, del que informó The Guardian, se encontró inicialmente con la negativa del equipo de Ashley Madison, que afirmó que su base de datos principal era segura y no se había visto comprometida.

Sin embargo, la realidad era mucho más sombría. La brecha expuso los datos personales de millones de usuarios de Ashley Madison, un sitio conocido por facilitar las relaciones extramatrimoniales. Las consecuencias fueron enormes, no sólo en términos de pérdida de datos, sino en el impacto real en la vida de las personas. Las relaciones se pusieron en peligro y la reputación de la empresa quedó gravemente empañada.

8. WannaCry (2017): El tsunami cibernético

Avancemos rápidamente hasta 2017, y el mundo se enfrentó a una ciberamenaza tan grave que eclipsó los ataques anteriores. El ransomware WannaCry, tal y como informa BBC.com, fue un cibertsunami que arrasó 150 países, arrastrando en su corriente a 200.000 ordenadores.

Descrito por Europol como “de una escala sin precedentes”, WannaCry no fue sólo un ataque a los datos; fue un asalto a la infraestructura, con daños tan extensos que se preveía que el peaje económico y financiero se dispararía hasta los 4.000 millones de dólares.

Esto fue más que un ciberataque; fue un acontecimiento global que sacudió a gobiernos, empresas y sistemas sanitarios, dejando un duro recordatorio de nuestra vulnerabilidad en la interconectada red digital.

9. Hackeo de SolarWinds (2020): Un terremoto de ciberseguridad

El pirateo de SolarWinds, que salió a la luz en 2020, representa un cambio sísmico en el panorama de las ciberamenazas. Este ataque sofisticado y sigiloso tuvo como objetivo SolarWinds, una empresa especializada en software de gestión de redes.

Según SolarWinds, hasta 18.000 usuarios de su software Orion pueden haberse visto afectados por esta brecha. Las implicaciones de este hackeo fueron profundas y de gran alcance. El software Orion es ampliamente utilizado por agencias gubernamentales, empresas de la lista Fortune 500 e instituciones educativas, lo que significa que el alcance potencial de la brecha era vasto e incluía datos altamente sensibles.

Lo que diferenció al pirateo de SolarWinds fue su método de infiltración. Los atacantes comprometieron la cadena de suministro del software, insertando una vulnerabilidad en las actualizaciones del mismo. Esto significaba que el malware era instalado involuntariamente por los propios usuarios, eludiendo muchas de las medidas de seguridad tradicionales.

La escala y la sofisticación del ataque enviaron ondas de choque a través de la comunidad de la ciberseguridad. Puso de relieve la necesidad de protocolos de seguridad más rigurosos, no sólo en el punto de uso, sino en toda la cadena de suministro de software.

Conclusión

La historia de estos importantes ciberataques nos enseña una lección vital: la ciberseguridad es un reto en constante evolución que exige vigilancia y adaptación constantes. Desde los primeros días del gusano Morris hasta el sofisticado pirateo de SolarWinds, cada incidente subraya la importancia de unas defensas digitales sólidas.

Estos ataques no sólo han provocado pérdidas financieras que ascienden a miles de millones de dólares, sino que también han puesto en peligro la privacidad personal y la integridad corporativa. Sirven como duros recordatorios de los peligros potenciales que acechan en el mundo digital y de la necesidad de realizar esfuerzos continuos para reforzar la ciberseguridad.

En el panorama digital actual, especialmente con el uso generalizado de Windows 11, invertir en un software antivirus fiable es más crucial que nunca. Marcas como Norton, Avast, TotalAV, Bitdefender, McAfee, Panda y Avira ofrecen sofisticadas herramientas que proporcionan capas esenciales de protección contra una amplia gama de ciberamenazas. Estas soluciones de software están equipadas para detectar y neutralizar malware, ransomware y otras actividades maliciosas, salvaguardando sus datos personales y profesionales.

El coste del software antivirus palidece en comparación con las pérdidas potenciales de un ciberataque, lo que lo convierte en una inversión inteligente y necesaria para cualquiera que navegue por el mundo digital. En una época en la que las ciberamenazas son cada vez más complejas y omnipresentes, el software antivirus no es sólo una herramienta, sino un escudo esencial para la vida digital.

Fuentes

  1. FBI.gov
  2. Wired.com
  3. Reuters.com
  4. Comercio.senado.gov
  5. Time.com
  6. Krebsonsecurity.com
  7. Theguardian.com
  8. BBC.com
  9. CBSnews.com
  10. Techxplore.com

 

Autor: Tibor Moes

Autor: Tibor Moes

Fundador y redactor jefe de SoftwareLab

Tibor ha probado 39 programas antivirus y 30 servicios VPN, y posee un certificado de posgrado en ciberseguridad de la Universidad de Stanford.

Utiliza Norton para proteger sus dispositivos, CyberGhost para su privacidad y Dashlane para sus contraseñas.

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