¿Qué es el adware? Los 7 ejemplos más terribles (2023)
Por Tibor Moes / Actualizado: mayo 2023
¿Qué es al adware?
Imagínese paseando por su parque favorito, sólo para que de repente aparezcan extraños interrumpiendo su tranquilo paseo con ruidosos discursos de venta. Así es cuando el adware invade su ordenador. Es inesperado, intrusivo y puede convertir su viaje digital en una pesadilla.
En este artículo, vamos a profundizar en algunos de los peores ataques de adware de todos los tiempos, mostrándole cómo esta molestia digital ha complicado la vida a usuarios de ordenador como usted.
¿Qué es el adware? El adware es un software que muestra anuncios. El adware malicioso toma el control de su navegador para rastrear su actividad, mostrarle anuncios engañosos y redirigirle a sitios web sospechosos.
No se convierta en víctima del adware. Proteja sus dispositivos con el mejor software antivirus y su privacidad con la mejor VPN.
Los ejemplos de adware más terribles
A continuación encontrará los ejemplos de adware:
- Gator (2002): También conocido como Claria, este adware era famoso por sus anuncios emergentes y, a menudo, engañaba a los usuarios para que lo descargaran e instalaran empaquetándolo con otro software.
- CoolWebSearch (2003): Este adware redirigiría su navegador a otros sitios web, a menudo llenos de anuncios o incluso de software malicioso.
- 180 Solutions (2005): Este adware monitorizaba la navegación por Internet de los usuarios para mostrar anuncios dirigidos. A menudo se instalaba sin el consentimiento del usuario.
- Zango (2006): Antes conocido como 180 Solutions, Zango era un programa adware que mostraba anuncios emergentes no deseados y que a menudo se instalaba sin el conocimiento de los usuarios.
- Vundo (o Virtumonde, 2004): Este troyano es conocido por mostrar anuncios emergentes, que promocionan principalmente software de seguridad falso.
- Barra Ask (2011): Esta barra de herramientas del navegador, a menudo incluida con otro software, era famosa por secuestrar la configuración del navegador del usuario para mostrar anuncios.
- Fireball (2017): Procedente de China, este malware infectó millones de ordenadores en todo el mundo, secuestrando navegadores y convirtiéndolos en zombis para generar ingresos por publicidad.
Siga leyendo para obtener más detalles sobre cada ejemplo de adware.
1. Gator (2002)
Un caimán digital en las aguas de Internet
A principios de la década de 2000, el panorama digital era algo parecido al Salvaje Oeste, un periodo marcado por la repentina aparición de un huésped no invitado llamado Gator. Este notorio adware, también conocido como Claria, apareció por primera vez en 2002, y su reinado de perturbación duró varios años.
Ideado por una empresa estadounidense llamada The Gator Corporation, este adware no era producto de grupos de delincuencia organizada ni de entidades patrocinadas por el Estado, sino de una empresa privada que intentaba aprovecharse de los internautas. Gator se escondía a menudo entre las sombras de otros programas, engañando a los usuarios para que lo descargaran e instalaran en sus sistemas sin saberlo.
Una vez instalado, Gator se dirigía a usuarios individuales de todo el mundo, convirtiendo su navegación por Internet en una pesadilla. El alcance geográfico de este ataque fue mundial, sin limitarse a ningún país o región específicos. Los daños económicos fueron considerables, aunque difíciles de cuantificar, ya que los anuncios emergentes de Gator provocaron una pérdida de productividad y un aumento de los costes tanto para los internautas como para las empresas.
El número de personas afectadas fue masivo, con millones de sistemas en todo el mundo experimentando la repentina e inoportuna aparición de anuncios emergentes. Los datos comprometidos estaban relacionados en su mayoría con los hábitos de navegación de los usuarios, utilizados para mostrar anuncios dirigidos.
Las contramedidas contra Gator implicaron una combinación de herramientas de eliminación de adware y acciones legales. Las empresas antivirus actualizaron su software para detectar y eliminar Gator, y se interpusieron demandas contra The Gator Corporation. Esto llevó a la empresa a cambiar su nombre por el de Claria y, finalmente, a cesar sus operaciones en 2008. Sin embargo, el impacto de Gator sirvió como severo recordatorio de los peligros que acechan en el mundo digital.
2. CoolWebSearch (2003)
El guía turístico no deseado
Imagine subirse a un autobús, esperando un viaje directo a su destino, sólo para ser llevado a un desvío inesperado. Esta fue la experiencia de los usuarios afectados por CoolWebSearch en 2003, un adware que llevó a los usuarios por desvíos digitales no deseados durante más de un año.
Los autores de CoolWebSearch siguen siendo desconocidos, lo que ilustra la naturaleza a menudo anónima de la ciberdelincuencia. Este adware no era exigente con sus víctimas; se dirigía a cualquiera y a todo el mundo, desde usuarios individuales hasta empresas.
El impacto de CoolWebSearch fue mundial. No importaba dónde viviera, si tenía una conexión a Internet, estaba en peligro. Los daños financieros fueron importantes, ya que los usuarios y las empresas tuvieron que hacer frente a un aumento de los costes debido a la pérdida de productividad y a la necesidad de asistencia técnica.
La escala del ataque fue enorme, afectando a millones de usuarios en todo el mundo. El principal problema era la manipulación de la configuración del navegador, que llevaba a los usuarios a ser redirigidos a sitios web llenos de anuncios o, en algunos casos, incluso a software más malicioso.
En cuanto a las contramedidas, las empresas antivirus y antimalware trabajaron sin descanso para actualizar su software con el fin de detectar y eliminar CoolWebSearch. La educación de los usuarios también fue un factor clave en la lucha contra este adware, y se aconsejó a la gente que evitara las descargas sospechosas y mantuviera actualizado su software antivirus.
A pesar de estos esfuerzos, las secuelas de CoolWebSearch fueron un recordatorio aleccionador de la importancia de la ciberseguridad. El adware demostró con qué facilidad se podía manipular y desviar a los usuarios con fines lucrativos, subrayando la necesidad de una vigilancia constante ante tales amenazas. Las consecuencias legales para los autores, por desgracia, fueron mínimas debido a su anonimato, lo que pone de relieve los retos que plantea responsabilizar a los ciberdelincuentes.
3. 180 Soluciones (2005)
El vendedor digital que cruzó la línea
En 2005, los internautas de todo el mundo se encontraron en el punto de mira de una nueva molestia digital: un adware conocido como 180 Solutions. Este adware tenía un enfoque único para impulsar su agenda: monitorizaba los hábitos de los usuarios en Internet para mostrar anuncios dirigidos, a menudo sin el consentimiento de los usuarios.
El orquestador detrás de esta intrusión era una empresa conocida como 180 Solutions Inc, con sede en Estados Unidos. Su modelo de negocio consistía en ofrecer anuncios a los usuarios en función de sus actividades en línea. Por desgracia, su método de entrega era intrusivo y, en muchos casos, se instalaba sin el conocimiento del usuario.
180 Solutions tuvo un alcance mundial, afectando a millones de particulares y empresas. Los daños económicos fueron cuantiosos, y se gastaron importantes recursos en asistencia técnica y medidas para eliminar este adware.
Este adware no discriminaba entre objetivos. Afectó a cualquier persona con una conexión a Internet, lo que dio lugar a una escala masiva de usuarios impactados. Los datos comprometidos no eran necesariamente sensibles, pero afectaban a los hábitos de navegación de los usuarios, contribuyendo a la sensación de violación e intrusión.
La respuesta a 180 Solutions fue rápida. Las empresas de ciberseguridad actualizaron su software para detectarlo y eliminarlo, y se lanzaron campañas de concienciación pública para educar a los usuarios sobre esta amenaza.
A pesar de estas contramedidas, las secuelas fueron un duro recordatorio de la vulnerabilidad de los datos personales. 180 Solutions Inc. tuvo que hacer frente a numerosas demandas y finalmente pasó a Zango, pero el daño ya estaba hecho y la confianza se había roto.
4. Zango (2006)
El invitado no deseado que no se quiere marchar
Si pensaba que la historia de 180 Solutions había terminado, piénselo de nuevo. La empresa se transformó en Zango en 2006, continuando con su práctica de mostrar anuncios emergentes no deseados a los usuarios, a menudo sin su conocimiento.
Zango, al igual que su predecesora, era un producto de la misma empresa, ahora rebautizada. El alcance geográfico de las actividades de Zango era mundial y afectaba tanto a particulares como a empresas.
Los daños económicos causados por Zango fueron importantes. El adware provocó pérdidas de productividad y un aumento de los costes de asistencia técnica para eliminar el software intrusivo. Millones de usuarios de todo el mundo se encontraron con un aluvión de anuncios emergentes no deseados, lo que provocó frustración y una sensación de violación.
El tipo de datos comprometidos seguía siendo similar al de su predecesor, a saber, los hábitos de navegación de los usuarios utilizados para la orientación publicitaria. Sin embargo, la sensación de intrusión y el trastorno causado fueron sustanciales.
En respuesta a Zango, las empresas de ciberseguridad siguieron actualizando su software para hacer frente a esta nueva forma de la vieja amenaza. Simultáneamente, se emprendieron acciones legales contra la empresa, que desembocaron en un acuerdo de la Comisión Federal de Comercio (FTC) en 2006. La empresa aceptó renunciar a 3 millones de dólares en ganancias mal habidas y poner fin a sus prácticas engañosas.
A pesar de estas medidas, Zango continuó operando hasta 2009, cuando finalmente cerró. El impacto de Zango, al igual que el de 180 Solutions, sirvió como recordatorio de la persistente amenaza del adware y de la importancia de unas medidas de ciberseguridad sólidas.
5. Vundo (o Virtumonde, 2004)
El caballo de Troya cargado de anuncios
En el mundo digital, pocas cosas son tan engañosas y dañinas como un caballo de Troya, y Vundo, también conocido como Virtumonde, hizo honor a esa reputación en 2004. Escondido tras un software aparentemente legítimo, se coló en los ordenadores de los usuarios y comenzó su intrusivo bombardeo de anuncios emergentes.
Los creadores de Vundo siguen siendo desconocidos, un testimonio del anonimato del que suelen disfrutar los ciberdelincuentes. Este adware era indiscriminado y se dirigía a todos y cada uno de los internautas, independientemente de su ubicación. Su alcance era mundial y la perturbación causada, significativa.
El impacto financiero de Vundo fue considerable, ya que tanto empresas como particulares perdieron tiempo y recursos valiosos a causa de esta plaga. El troyano afectó a millones de personas, perturbando su experiencia en Internet con incesantes anuncios emergentes, muchos de ellos promocionando software de seguridad falso.
Aunque la principal molestia de Vundo eran los anuncios emergentes, también abrió la puerta a otros programas maliciosos, lo que supone un grave riesgo para la seguridad. Como tal, la naturaleza de los datos comprometidos podría incluir potencialmente información personal y financiera.
Las contramedidas contra Vundo incluyeron actualizaciones de las empresas antivirus y antimalware. Muchas desarrollaron herramientas específicamente diseñadas para eliminar Vundo y sus variantes.
A pesar de estos esfuerzos, Vundo dejó una huella duradera en el paisaje digital. Las consecuencias legales para los autores fueron, por desgracia, inexistentes debido a su anonimato, lo que subraya las dificultades para combatir este tipo de amenazas.
6. Barra Ask (2011)
Imagine añadir una habitación extra a su casa, sólo para encontrarla llena de vendedores ruidosos. Eso es lo que les ocurrió a los internautas en 2011, cuando la barra Ask comenzó a aparecer en sus navegadores. Esta “habitación” no deseada se llenó de anuncios y alteró la configuración del navegador sin el consentimiento del usuario.
La barra Ask fue una creación de Ask.com, un motor de búsqueda basado en Internet. La barra de herramientas se incluía a menudo con otro software, lo que facilitaba a los usuarios su instalación involuntaria. Los objetivos eran usuarios individuales de todo el mundo, afectando a millones de personas.
El impacto financiero de la barra Ask fue significativo. Los usuarios y las empresas tuvieron que dedicar tiempo y recursos a eliminar la barra de herramientas y restablecer la configuración del navegador. El número de personas afectadas fue enorme, ya que muchos usuarios informaron de que su navegador había sido “secuestrado” por la barra de herramientas.
Los datos comprometidos afectaban a la configuración del navegador y a los hábitos de navegación de los usuarios. Fue más una cuestión de intrusión y perturbación que de robo de datos personales o financieros sensibles.
Las contramedidas contra la barra Ask implicaron una mezcla de acciones técnicas y legales. Las empresas antivirus y antimalware actualizaron su software para detectar y eliminar la barra Ask. Mientras tanto, Ask.com se enfrentó a la reacción de usuarios y empresas tecnológicas por igual, lo que provocó cambios en la forma de distribuir e instalar la barra de herramientas.
Sin embargo, las secuelas fueron un recordatorio de la importancia de una instalación cuidadosa del software y de los peligros del software empaquetado. En cuanto a las consecuencias legales, no hubo repercusiones graves para Ask.com, pero el incidente dañó su reputación de forma significativa.
7. Bola de fuego (2017)
El malware que incendió el mundo digital
En 2017, surgió una nueva amenaza en el horizonte digital, un malware tan potente que fue comparado con una bola de fuego. No se trataba de un adware cualquiera; Fireball tenía el poder de convertir los navegadores en zombis, secuestrándolos para generar ingresos publicitarios y propagarse aún más.
Fireball fue la creación de Rafotech, una gran agencia de marketing digital con sede en Pekín, China. Las víctimas no eran individuos, empresas o gobiernos concretos, sino cualquier persona con conexión a Internet. La escala del ataque fue asombrosa, con más de 250 millones de ordenadores infectados en todo el mundo.
El impacto financiero de Fireball fue significativo. Los costes derivados de la eliminación del malware y las pérdidas derivadas de la interrupción de la productividad se sumaron rápidamente. Dado el gran número de personas afectadas, el peaje financiero fue inmenso.
Los datos comprometidos afectaban principalmente a la configuración del navegador y a los hábitos de navegación de los usuarios. Pero Fireball también podía ejecutar cualquier código en los ordenadores de las víctimas, lo que potencialmente podía llevar a formas más graves de compromiso de los datos.
Contrarrestar Fireball requirió un esfuerzo combinado de las empresas de ciberseguridad de todo el mundo. Actualizaron sus herramientas de detección y eliminación para hacer frente a esta nueva amenaza. También se aconsejó a los usuarios que comprobaran sus sistemas en busca de cualquier signo de Fireball y eliminaran cualquier aplicación sospechosa.
Las secuelas de Fireball sirvieron como un duro recordatorio de la escala y gravedad que puede alcanzar una sola pieza de adware. A pesar de los daños a gran escala, las repercusiones legales para Rafotech fueron mínimas. La empresa negó haber cometido ningún delito y continuó operando. Sin embargo, el incidente Fireball subrayó la importancia de unas medidas de ciberseguridad sólidas y las consecuencias potenciales de su ausencia.
Conclusión
A medida que nos adentramos en el panorama digital, es crucial recordar que, al igual que en el mundo físico, existen amenazas contra las que debemos protegernos. Las historias que hemos compartido sobre los peores ataques de adware ponen de relieve la importancia de permanecer alerta y tomar medidas proactivas para protegernos.
Entonces, ¿cómo puede salvaguardar su vida digital? He aquí algunas medidas sencillas pero eficaces:
- Mantenga sus dispositivos actualizados: Las actualizaciones de software suelen contener parches para vulnerabilidades de seguridad. Actualizar regularmente sus dispositivos le asegura estar protegido contra las amenazas conocidas.
- Instale un software antivirus fiable: Un gran antivirus para Windows 11, como Norton, Bitdefender, McAfee, Panda, o Kaspersky, proporciona una capa adicional de seguridad, ayudando a detectar y eliminar software malicioso.
- Tenga cuidado con las descargas: Descargue únicamente software y archivos de fuentes fiables para evitar instalar accidentalmente adware u otro software malicioso.
- Lea antes de hacer clic: Asegúrese de leer todos los términos y condiciones antes de instalar software, especialmente el gratuito, ya que puede incluir adware no deseado.
Para informarse mejor sobre ciberseguridad y mantenerse al día de las últimas amenazas, puede consultar estos recursos de confianza:
- Comisión Federal de Comercio de EE.UU. (FTC): https://www.consumer.ftc.gov/topics/privacy-identity-online-security
- La Agencia de Ciberseguridad y Seguridad de las Infraestructuras (CISA): https://www.cisa.gov/cybersecurity
- El Instituto Nacional de Normas y Tecnología (NIST): https://www.nist.gov/cyberframework
- Centro Nacional de Ciberseguridad (Reino Unido): https://www.ncsc.gov.uk/
Recuerde que la ciberseguridad es una responsabilidad compartida. Cuanto más aprendamos y adoptemos medidas para protegernos, más seguro será el mundo digital para todos nosotros. Manténgase seguro, manténgase actualizado y siga explorando el mundo digital con confianza.

Autor: Tibor Moes
Fundador y redactor jefe de SoftwareLab
Tibor ha probado 39 programas antivirus y 30 servicios VPN, y posee un certificado de posgrado en ciberseguridad de la Universidad de Stanford.
Utiliza Norton para proteger sus dispositivos, CyberGhost para su privacidad y Dashlane para sus contraseñas.
Puede encontrarle en LinkedIn o ponerse en contacto con él aquí.
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