¿Qué es una botnet (red zombi)? Los 7 ejemplos más terribles

Por Tibor Moes / Actualizado: mayo 2023

¿Qué es una botnet (red zombi)? Los 7 ejemplos más terribles

¿Qué es una botnet (red zombi)?

Imagine que pudiera convertir miles de ordenadores en sus marionetas personales, cumpliendo sus órdenes sin que sus propietarios se enteraran. Esta es la espeluznante realidad de una botnet, una red fantasmal de ordenadores esclavizados.

Póngase el cinturón mientras exploramos las profundidades más turbias del submundo digital, revelando los ejemplos de botnet más notorios de la historia.

¿Qué es una botnet? Una botnet es un grupo de ordenadores controlados a distancia por un pirata informático que utiliza sus recursos combinados para llevar a cabo ataques contra sitios web, redes informáticas y servicios de Internet. Si su ordenador está infectado con malware, es posible que forme parte de una botnet.

No deje que su PC forme parte de una botnet. Proteja sus dispositivos con el mejor software antivirus y su privacidad con la mejor VPN.

Los ejemplos de botnets más terribles

Estos son los ejemplos de botnet más terribles:

  1. Agobot (2002): Uno de los primeros botnets, Agobot fue diseñado para distribuir spam y robar información personal.
  2. Storm Botnet (2007): Llamada así por el asunto del correo electrónico “230 muertos mientras una tormenta azota Europa”, fue una de las primeras botnets en utilizar la comunicación peer-to-peer.
  3. Conficker (2008): También conocido como Downup o Downadup, Conficker infectó millones de ordenadores en todo el mundo, dando lugar a una botnet masiva que podía lanzar ataques destructivos.
  4. Zeus (2009): Esta botnet se utilizó para robar datos bancarios y otra información personal de los ordenadores infectados, lo que provocó importantes pérdidas financieras.
  5. Cutwail (2009): Una de las mayores redes de bots de spam, responsable de una gran parte de los correos electrónicos no deseados del mundo en su momento álgido.
  6. Miraibotnet (2016): Notorio por un ataque DDoS masivo que derribó importantes sitios web, entre ellos Twitter, Netflix y Reddit.
  7. Emotet (2014-2020): Originalmente un troyano bancario, evolucionó hasta convertirse en una botnet que distribuía una gran variedad de malware. Fue desmantelado por las fuerzas de seguridad internacionales en 2020.

Siga leyendo para obtener más detalles sobre cada uno de los ejemplos de botnet.

1. Agobot (2002)

Allá por los primeros días de 2002, un nuevo tipo de amenaza se estaba gestando silenciosamente en el mundo del ciberespacio. Esta amenaza era Agobot, una de las primeras redes de bots que asolaron el reino digital. Esta notoria red de bots corrió desbocada durante varios años, extendiendo sus zarcillos por los ordenadores personales y haciéndose con el control sin el menor atisbo de detección.

El cerebro detrás de Agobot era un único individuo conocido como “AKILL”, un joven de Nueva Zelanda. La obra de AKILL causó estragos a escala internacional, traspasando fronteras y límites en un abrir y cerrar de ojos, lo que ilustra el alcance sin precedentes de esta nueva forma de ciberataque.

Agobot se dirigía principalmente a usuarios individuales, introduciéndose sigilosamente en sus sistemas para distribuir spam y robar información personal confidencial. El número de afectados se elevó rápidamente a miles, lo que puso de relieve las consecuencias personales y sociales de esta amenaza en auge.

Los daños financieros infligidos por Agobot fueron considerables, aunque las cifras exactas siguen siendo difíciles de precisar. Sin embargo, el robo de datos personales y el coste de la distribución de correo basura fueron significativos, lo que dibuja un sombrío panorama del impacto económico de la ciberdelincuencia.

Finalmente, la ley alcanzó a AKILL. Una investigación rigurosa y la cooperación internacional condujeron a su detención en 2004, marcando una de las primeras repercusiones legales importantes en la lucha contra la ciberdelincuencia impulsada por botnets. A raíz de la saga Agobot, las medidas de ciberseguridad se intensificaron en todo el mundo, anunciando una nueva era de vigilancia y resistencia contra este tipo de amenazas.

2. Storm Botnet (2007)

Avance rápido hasta 2007, cuando en las bandejas de entrada de todo el mundo empezaron a aparecer ominosos asuntos de correo electrónico como “230 muertos mientras una tormenta azota Europa”. Ésta era la tarjeta de visita de la red zombi Storm, llamada así por su engañoso gancho de correo electrónico. El ataque se prolongó hasta bien entrado 2008, creando una tempestad que sacudió el mundo cibernético.

Los autores de la red zombi Storm Botnet siguen envueltos en el misterio. Los rumores apuntaban hacia grupos de delincuencia organizada, pero nunca se ha confirmado la verdadera identidad de estos titiriteros digitales. Sus objetivos eran tan diversos como oscuros sus orígenes, desde usuarios particulares hasta empresas, lo que demuestra el amplio espectro de víctimas potenciales.

El alcance de Storm Botnet era masivo y global, infectando millones de ordenadores en todos los continentes. Su objetivo principal no era robar, sino controlar, creando una vasta red de ordenadores infectados que podían utilizarse para diversas actividades nefastas.

Es difícil cuantificar los daños financieros causados por Storm Botnet, pero sin duda ascendieron a millones. Sin embargo, el verdadero impacto radicó en el número de personas afectadas y en los trastornos causados. Esta botnet fue de las primeras en utilizar la comunicación entre pares, lo que la hizo increíblemente resistente y difícil de derribar.

A pesar de su escala, la red zombi Storm fue finalmente mitigada. No fue una hazaña pequeña, ya que requirió un esfuerzo concertado de investigadores de seguridad de todo el mundo. Las secuelas del ataque a la botnet Storm provocaron un mayor escrutinio y mejoras en la ciberseguridad, convirtiéndolo en un momento decisivo en la actual batalla contra las botnets.

Aunque no se derivaron consecuencias legales directamente del incidente de la botnet Storm debido al anonimato de sus autores, sirvió como un duro recordatorio de la naturaleza cambiante de las ciberamenazas y de la necesidad de una vigilancia constante y de medidas legales sólidas.

3. Conficker (2008)

Al entrar en el año 2008, un mundo digital desprevenido estaba a punto de encontrarse con uno de sus enemigos más formidables: Conficker. También conocido como Downup o Downadup, esta red de bots se embarcó en una campaña de caos cibernético de un año de duración, infectando millones de ordenadores en todo el mundo.

Los creadores de Conficker siguen siendo desconocidos, una presencia fantasmal que orquesta uno de los ataques de botnet más extensos de la historia. Lanzaron una amplia red, dirigida a particulares, empresas e incluso gobiernos, demostrando una capacidad e intención aterradoras.

La influencia de Conficker fue de gran alcance, sus zarcillos se extendieron a todos los rincones del planeta. Fue indiscriminado y despiadado, lo que ilustra la naturaleza internacional de estas ciberamenazas.

Las repercusiones financieras del Conficker fueron asombrosas. Aunque la cifra exacta sigue sin estar clara, el gran número de ordenadores infectados y el coste de los esfuerzos de mitigación ascendieron sin duda a miles de millones. Fue una cruda ilustración del grave impacto económico de los ataques de redes de bots.

La naturaleza de los datos comprometidos por Conficker era diversa. Desde datos personales hasta información gubernamental sensible, nada estaba a salvo de este merodeador digital. Fue una clara indicación de los distintos niveles de daño potencial que plantean este tipo de amenazas.

La lucha contra Conficker fue un esfuerzo colectivo, en el que participaron entidades como el Grupo de Trabajo Conficker, una alianza de empresas e investigadores de seguridad. Sus esfuerzos, junto con las actualizaciones de software y una mayor vigilancia por parte de los usuarios, ayudaron a mitigar el impacto de la red de bots. Tras el Conficker se produjeron mejoras significativas en las medidas de ciberseguridad mundial, un testimonio de nuestra capacidad de resistencia frente a este tipo de amenazas.

Aunque no hubo consecuencias legales directas debido a la naturaleza anónima de los creadores de la red de bots, la saga del Conficker subrayó la urgente necesidad de leyes sólidas contra la ciberdelincuencia y su aplicación.

4. Zeus (2009)

2009 vio el surgimiento de Zeus, una red zombi que grabaría su nombre en los anales de la ciberdelincuencia. Zeus era una amenaza de naturaleza diferente, centrada no en la mera escala sino en la explotación financiera.

Se cree que Zeus fue obra de un hacker ruso, lo que demuestra la naturaleza global y sin fronteras de las ciberamenazas. Esta botnet no discriminaba entre objetivos, yendo a por particulares y empresas por igual, desviando datos bancarios y otra información personal.

El alcance geográfico de Zeus era tan vasto como su ambición. Esta amenaza cibernética llegó muy lejos, desde Estados Unidos hasta Europa y más allá, infectando millones de ordenadores a su paso.

El daño económico infligido por Zeus fue considerable. Se estima que la red de bots fue responsable del robo de decenas de millones de dólares, lo que la convierte en una de las redes de bots más dañinas económicamente de la historia.

Los datos comprometidos por Zeus eran principalmente financieros. Estaba especializado en el robo de datos bancarios, lo que suponía graves riesgos para particulares y empresas. La magnitud del robo fue un sombrío recordatorio del daño financiero potencial infligido por tales ciberamenazas.

Mitigar Zeus fue una tarea compleja. Los esfuerzos de las fuerzas del orden y las empresas de seguridad internacionales, junto con una mayor concienciación de los usuarios, lograron finalmente poner Zeus bajo control. Sin embargo, el legado de la red de bots condujo a mejoras significativas en la seguridad bancaria y en los protocolos de autenticación de usuarios.

En términos de consecuencias legales, el creador de Zeus fue finalmente identificado y detenido en 2011. Esto supuso una importante victoria en la lucha contra la ciberdelincuencia y sirvió como elemento disuasorio para futuros ciberdelincuentes.

5. Cutwail (2009)

Desatado en 2009, Cutwail era un botnet que adoptaba un enfoque diferente de la ciberdelincuencia. En lugar de robar o causar destrucción, se especializaba en distribuir correos basura, convirtiendo a los ordenadores infectados en cómplices involuntarios en su afán por llenar las bandejas de entrada de correo basura.

Los cerebros detrás de Cutwail eran un grupo de hackers rusos. Su objetivo no era robar datos confidenciales, sino obtener beneficios enviando correos electrónicos basura para otros, una demostración de los diversos motivos que se esconden tras los ataques de redes de bots.

Las víctimas de Cutwail eran principalmente empresas, pero sus mensajes de spam llegaron a las bandejas de entrada de innumerables particulares de todo el mundo. Su alcance geográfico era verdaderamente mundial, lo que ilustra la naturaleza sin fronteras de estas ciberamenazas.

El daño financiero causado por Cutwail es difícil de cuantificar, pero fue significativo. Las empresas perdieron productividad debido al diluvio de spam, y el coste de los servicios de filtrado de spam se disparó. Esto puso de manifiesto el impacto económico indirecto pero sustancial de este tipo de ataques.

Aunque Cutwail no comprometió directamente datos sensibles, facilitó indirectamente otros ciberdelitos. El spam que distribuía a menudo contenía malware, lo que provocó la infección de otros innumerables ordenadores y el robo potencial de datos sensibles.

Las contramedidas contra Cutwail fueron multifacéticas. La tecnología antispam mejoró y la cooperación mundial condujo al desmantelamiento de sus servidores de mando y control. Sin embargo, la lucha contra el spam continúa hasta nuestros días, un testimonio de la naturaleza persistente de esta amenaza.

En 2012, las autoridades rusas detuvieron a los creadores de Cutwail, lo que supuso una importante victoria en la batalla contra las redes de bots. Este caso sirvió de duro recordatorio de las consecuencias legales que aguardan a quienes se dedican a estos ciberdelitos.

6. Miraibotnet (2016)

En 2016, un nuevo actor entró en la arena de las redes de bots. Bautizada como Mirai, esta red de bots marcó un cambio significativo en el mundo de la ciberdelincuencia, ya que su objetivo principal eran los dispositivos del Internet de las Cosas (IoT) en lugar de los ordenadores tradicionales.

Mirai fue creado por tres estudiantes universitarios en Estados Unidos. Su objetivo no era obtener beneficios económicos, sino conseguir una ventaja en el popular juego Minecraft. Sin embargo, su creación se descontroló rápidamente, provocando uno de los mayores ataques de denegación de servicio distribuido (DDoS) de la historia.

El alcance de Mirai fue global, infectando dispositivos IoT en todo el mundo. Su objetivo fueron las empresas y los proveedores de infraestructuras de Internet, culminando en un ataque DDoS masivo que derribó importantes sitios web, como Twitter, Netflix y Reddit.

Los daños financieros causados por Mirai fueron considerables, de millones de dólares. El tiempo de inactividad causado por el ataque DDoS afectó a numerosas empresas, lo que pone de manifiesto el grave impacto económico de este tipo de incidentes.

El ataque de Mirai no comprometió los datos directamente, pero causó una interrupción generalizada. Millones de usuarios no pudieron acceder a sitios web populares, lo que pone de relieve las consecuencias sociales de estos ataques.

Los esfuerzos de los investigadores en ciberseguridad, las fuerzas de seguridad y las empresas afectadas acabaron mitigando el impacto de Mirai. La seguridad de la IO experimentó mejoras significativas como resultado, lo que demuestra nuestra capacidad para aprender y adaptarnos en respuesta a las nuevas amenazas.

Los creadores de Mirai fueron finalmente detenidos y se declararon culpables en 2017. Su condena envió un mensaje claro sobre las graves consecuencias legales de crear y utilizar botnets, sirviendo como elemento disuasorio para futuros ciberdelincuentes.

7. Emotet (2014-2020)

Emotet comenzó su andadura como troyano bancario en 2014. Sin embargo, evolucionó rápidamente hasta convertirse en una de las botnets más notorias jamás vistas, un testimonio de la adaptabilidad de estas ciberamenazas. La botnet estuvo activa hasta 2020, cuando finalmente fue desmantelada por las fuerzas de seguridad internacionales.

Se cree que los creadores de Emotet son un grupo del crimen organizado con base en Europa del Este. Sus objetivos eran diversos, desde usuarios individuales hasta grandes empresas, lo que muestra el amplio espectro de víctimas potenciales en un ataque de botnet.

Emotet tenía un alcance global, con dispositivos infectados encontrados en países de todo el mundo. Su principal objetivo era distribuir diversos programas maliciosos, lo que provocó el robo de datos y la interrupción del sistema a gran escala.

Aunque el daño financiero exacto causado por Emotet sigue siendo desconocido, es seguro decir que ascendió a millones de dólares. Desde el coste de las violaciones de datos hasta las reparaciones de los sistemas, Emotet infligió un importante peaje económico.

Los datos comprometidos por Emotet variaban, pero a menudo incluían información personal y financiera. La actividad de esta botnet puso de manifiesto el grave riesgo que suponen este tipo de amenazas tanto para la privacidad como para la seguridad financiera.

Las contramedidas contra Emotet requirieron la cooperación internacional. En enero de 2021, un esfuerzo global condujo al desmantelamiento de la infraestructura de Emotet, neutralizando eficazmente la botnet. Esta operación subrayó la importancia de la colaboración mundial en la lucha contra la ciberdelincuencia.

Aunque no se produjeron detenciones inmediatas tras el desmantelamiento de Emotet, la operación marcó una victoria significativa en la batalla en curso contra las redes de bots. Sirvió como recordatorio de las posibles consecuencias legales que aguardan a quienes se dedican a tales actividades.

Conclusión

Las historias de estos botnets subrayan la importancia de la ciberseguridad en nuestro mundo cada vez más digital. Pero no se preocupe: hay medidas que puede tomar para protegerse.

La actualización periódica de sus dispositivos y la instalación del mejor antivirus para Windows 11, como Norton, Bitdefender, McAfee, Panda, o Kaspersky, son algunas de las formas más eficaces de protegerse contra las redes de bots. Las actualizaciones suelen incluir parches para las vulnerabilidades de seguridad que pueden aprovechar las redes de bots, y el software antivirus puede detectar y eliminar el software malicioso.

¡Pero no se detenga ahí! Infórmese sobre las últimas ciberamenazas y medidas de seguridad. Aquí tiene algunos recursos de confianza para empezar:

  1. Agencia de Ciberseguridad y Seguridad de las Infraestructuras (CISA): www.cisa.gov
  2. Instituto Nacional de Normas y Tecnología (NIST): www.nist.gov
  3. Agencia de la Unión Europea para la Ciberseguridad (ENISA): www.enisa.europa.eu
  4. Centro Australiano de Ciberseguridad (ACSC): www.cyber.gov.au
  5. Alianza contra las Ciberamenazas: www.cyberthreatalliance.org

Recuerde, frente a la ciberdelincuencia, el conocimiento es poder. Manténgase informado, manténgase actualizado y manténgase a salvo.

Autor: Tibor Moes

Autor: Tibor Moes

Fundador y redactor jefe de SoftwareLab

Tibor ha probado 39 programas antivirus y 30 servicios VPN, y posee un certificado de posgrado en ciberseguridad de la Universidad de Stanford.

Utiliza Norton para proteger sus dispositivos, CyberGhost para su privacidad y Dashlane para sus contraseñas.

Puede encontrarle en LinkedIn o ponerse en contacto con él aquí.