¿Qué es un scam (estafa)? Los 10 ejemplos más terribles
Por Tibor Moes / Actualizado: mayo 2023
¿Qué es un scam (estafa)?
Imagínese navegando por un bullicioso mercado, con los vendedores llamando a voces, prometiendo la ganga de su vida. Sin embargo, algunas de estas “ofertas” son demasiado buenas para ser verdad. El mundo digital funciona de forma similar, con estafas en línea que se disfrazan de ofertas legítimas.
En este artículo, le revelaremos los diez peores ejemplos de estafas en línea, dotándole de los conocimientos necesarios para mantenerse seguro en Internet.
¿Qué es un scam (una estafa)? Una estafa en línea es un plan deshonesto llevado a cabo a través de Internet. El objetivo es estafar a posibles víctimas y generar beneficios económicos para el autor. La mayoría de los estafadores van tras los datos de su cuenta bancaria, aunque algunos también pueden instalar malware en su ordenador.
No se convierta en víctima de una estafa. Proteja sus dispositivos con el mejor software antivirus y su privacidad con la mejor VPN.
Los ejemplos de scams más terribles
A continuación encontrará los ejemplos de estafa en línea:
- Estafas nigerianas 419 (década de 1990 – actualidad): También conocidas como estafas de comisión por adelantado, estas estafas suelen implicar a un remitente que afirma tener una gran suma de dinero que necesita ayuda para transferir, a cambio de un porcentaje de los fondos.
- Estafas de eBay Motors (2000 – Actualidad): Los estafadores publican anuncios falsos de coches a precios de ganga, a menudo solicitando el pago a través de métodos poco convencionales. El coche, por supuesto, no existe.
- Estafas de phishing (años 2000 – actualidad): Los estafadores envían correos electrónicos o mensajes que parecen proceder de empresas acreditadas para engañar a las personas y conseguir que revelen información personal, como contraseñas y números de tarjetas de crédito.
- Estafas románticas (años 2000 – actualidad): Los estafadores crean perfiles falsos en sitios web de citas, entablan relaciones emocionales con las víctimas y luego utilizan diversas historias para solicitar dinero.
- Estafas de soporte técnico (2010 – Actualidad): Los estafadores se hacen pasar por el servicio técnico de empresas conocidas, engañan a las víctimas haciéndoles creer que sus ordenadores están infectados y les cobran por servicios innecesarios.
- La estafa de la “Lotería de Microsoft” (2009): Los estafadores enviaron correos electrónicos a las víctimas afirmando que habían ganado la “Lotería de Microsoft”, una lotería inexistente, con el objetivo de obtener información personal.
- Estafas con criptodivisas (2010 – Presente): Con el auge de las criptodivisas, los estafadores han engañado a sus víctimas para que inviertan o comercien con criptodivisas falsas, o para que les roben sus carteras digitales.
- Estafas con entradas en línea (2010s – Presente): Los estafadores venden entradas falsas o inexistentes para conciertos, acontecimientos deportivos y otros eventos de gran demanda.
- Estafas COVID-19 (2020): Los estafadores se aprovecharon de la pandemia mundial vendiendo productos falsos, difundiendo información errónea y solicitando donaciones para organizaciones benéficas inexistentes.
- Estafas de ofertas de empleo (años 2000 – actualidad): Los estafadores se hacen pasar por empleadores o reclutadores que ofrecen atractivas oportunidades de trabajo, que exigen al solicitante el pago de honorarios por adelantado o compartir información confidencial.
Siga leyendo para obtener más detalles sobre cada ejemplo de estafa.
1. El cuento de las estafas nigerianas 419
Ya en la década de 1990, usuarios de correo electrónico de todo el mundo empezaron a recibir mensajes de supuestos príncipes nigerianos, diplomáticos y funcionarios de alto rango. Estos mensajes tejían historias de importantes riquezas atrapadas en bancos, a la espera de ser liberadas. Todo lo que el remitente necesitaba era un poco de ayuda financiera para liberar los fondos, prometiendo a su benefactor una sustanciosa tajada. Esta estafa, apodada la “estafa nigeriana 419” por la sección pertinente del código penal de Nigeria, es un truco perdurable que ha atrapado a innumerables individuos a lo largo de los años.
Se cree que los autores, en su mayoría anónimos, van desde defraudadores individuales hasta sindicatos del crimen organizado que operan desde varios países, no sólo Nigeria. Se cebaron principalmente con particulares, explotando su buena voluntad y su deseo de fortuna fácil. Aunque las estafas se originaron en Nigeria, se extendieron rápidamente, afectando a personas de todo el mundo y causando daños financieros devastadores. Las cifras exactas son difíciles de precisar, pero la Oficina Federal de Investigación estimó las pérdidas en cientos de millones de dólares anuales.
Estas estafas han puesto en peligro datos personales y financieros, dejando a muchas víctimas con las secuelas del robo de identidad y la ruina financiera. A lo largo de los años, las campañas de concienciación y la mejora de los filtros de correo electrónico no deseado han sido las principales contramedidas, junto con unas víctimas cada vez más espabiladas ante estas estratagemas. Aunque muchos estafadores siguen en libertad, algunos se han enfrentado a consecuencias legales. En un caso notable, un nigeriano fue condenado a 12 años de prisión en 2019 por su participación en varias estafas en línea, incluidas las estafas 419.
2. La trampa de eBay Motors
A principios de la década de 2000, eBay Motors, un mercado en línea para la compraventa de vehículos, se convirtió en un hervidero de estafadores. Estos estafadores publicaban anuncios de coches inexistentes a precios demasiado buenos para ser verdad, atrayendo a compradores desprevenidos.
Estas estafas, a menudo perpetradas por individuos o pequeños grupos, se dirigían principalmente a compradores particulares. Dado que eBay es una plataforma mundial, las víctimas se extendían desde EE.UU. hasta Europa, Asia y más allá. Los listados fraudulentos solían estar bien elaborados y ser convincentes, lo que provocaba pérdidas económicas a gran escala. Sólo en 2014, el Centro de Denuncias de Delitos en Internet del FBI recibió casi 30.000 denuncias relacionadas con esta estafa, y las víctimas perdieron más de 54 millones de dólares en total.
Esta estafa provocó pérdidas económicas y puso en peligro datos personales. Las víctimas pagaban a menudo estos vehículos imaginarios mediante transferencias bancarias o métodos de pago no convencionales, poniendo en peligro su información financiera. Para combatir estas estafas, eBay puso en marcha medidas de seguridad más estrictas, como banners de advertencia en los listados y advertencias sobre métodos de pago no seguros.
Aunque estas medidas han reducido la incidencia de las estafas, no las han eliminado por completo. Se han emprendido diversas acciones legales contra estos estafadores, pero debido a la naturaleza anónima de Internet, muchos permanecen impunes. Aún así, cada enjuiciamiento exitoso sirve como recordatorio de que la ley siempre está trabajando para alcanzar a estos merodeadores en línea.
3. Estafas de phishing: Un clic engañoso
A principios de la década de 2000, un insidioso tipo de estafa se coló en las bandejas de entrada de los internautas de todo el mundo: el phishing. Se trataba de correos electrónicos cuidadosamente elaborados que parecían proceder de empresas reputadas y que instaban al destinatario a hacer clic en un enlace e introducir sus datos de acceso por diversos motivos, como verificar su cuenta o actualizar su información. El enlace, sin embargo, conducía a un sitio web falso controlado por el estafador, que a continuación recopilaba la información introducida.
Los autores de las estafas de phishing iban desde lobos solitarios hasta grupos organizados de ciberdelincuentes, a veces incluso entidades patrocinadas por el Estado con el objetivo de recopilar información confidencial. Estas estafas iban dirigidas tanto a particulares como a empresas y no se limitaban a ninguna región geográfica; si usted tenía una cuenta de correo electrónico, era un objetivo potencial.
El daño financiero causado por las estafas de phishing es asombroso y asciende a miles de millones de dólares en todo el mundo. Innumerables personas se han visto afectadas, sus datos personales y financieros comprometidos. Incluso se han violado datos sensibles de organizaciones.
Con el tiempo, las contramedidas han evolucionado. Desde los filtros de spam avanzados hasta la autenticación de dos factores y las campañas de concienciación pública, la lucha contra el phishing es constante. Aunque muchos phishers nunca son atrapados debido a la naturaleza anónima de Internet, ha habido enjuiciamientos exitosos que sirven de advertencia a otros.
4. Estafas románticas: Corazones rotos y carteras vacías
A mediados de la década de 2000, cuando las citas en línea empezaron a ganar popularidad, surgió una siniestra amenaza en línea: las estafas románticas. Estos estafadores creaban perfiles atractivos y falsos en sitios web de citas, entablaban conversaciones y establecían relaciones emocionales con víctimas desprevenidas. Con el tiempo, urdían diversas historias para solicitar dinero, a menudo aprovechándose del deseo de amor y compañía de la víctima.
Aunque no existe un perfil específico para los culpables, suelen ser individuos o pequeños grupos que operan desde diversas partes del mundo. Se dirigen a individuos solitarios de todo el planeta, tejiendo intrincadas redes de engaño.
Es difícil cuantificar el daño financiero, pero es sustancial. En 2019, la Comisión Federal de Comercio informó de que la gente perdió 201 millones de dólares por estafas románticas sólo en Estados Unidos. Innumerables individuos se han visto afectados emocional y financieramente. Además de perder dinero, las víctimas a menudo ven comprometida su información personal y financiera.
Las contramedidas han sido reactivas, centrándose principalmente en la concienciación sobre estas estafas. Los sitios web de citas también han puesto en marcha consejos y recomendaciones de seguridad para educar a sus usuarios. Las fuerzas del orden han tenido éxito a la hora de localizar a algunos de estos estafadores. En 2019, 80 acusados fueron procesados en EE.UU. por su implicación en una estafa romántica a gran escala y en una operación de blanqueo de dinero. A pesar de los esfuerzos, el problema persiste, recordándonos a todos que debemos cuidar nuestros corazones y nuestras carteras en la era digital.
5. Estafas al soporte técnico: Falsos arreglos y verdaderas ruinas
Alrededor de 2010, una nueva amenaza comenzó a asolar a los usuarios de Internet: las estafas de soporte técnico. En ellas, los estafadores se hacían pasar por representantes de conocidas empresas tecnológicas como Microsoft, Apple o proveedores de software antivirus. Afirmaban que el ordenador del usuario estaba infectado por un virus o se enfrentaba a un problema grave que requería atención inmediata. ¿La solución? Pagar por su asistencia “experta” para arreglar el problema inexistente.
Los culpables, a menudo parte de sindicatos del crimen organizado, estaban muy extendidos y no se limitaban a ninguna región geográfica específica. Se dirigían principalmente a las personas menos expertas en tecnología y a los ancianos, aprovechando su falta de conocimientos técnicos y el miedo a perder sus líneas de vida digitales.
El daño financiero de estas estafas ha sido considerable, ya que el Centro de Denuncias de Delitos en Internet del FBI registró pérdidas de más de 54 millones de dólares sólo en 2018. También se han visto comprometidos los datos personales y financieros de innumerables personas, ya que los estafadores suelen solicitar acceso remoto a los ordenadores.
Las contramedidas han incluido campañas de concienciación por parte de las empresas tecnológicas y las fuerzas del orden. También han ayudado la mejora de la detección y el bloqueo de las llamadas fraudulentas. Las consecuencias legales han variado, y algunos estafadores se han enfrentado a la justicia. En 2017, un hombre que dirigía una estafa de soporte técnico fue condenado a prisión y a pagar una indemnización de más de 8 millones de dólares.
6. La estafa de la Lotería de Microsoft: Un sorteo en el que nunca participó
En 2009, empezó a circular una estafa según la cual los supuestos destinatarios habían ganado la “Lotería de Microsoft”, una lotería que no existía. Los correos electrónicos parecían oficiales, con el logotipo de Microsoft y firmados por supuestos ejecutivos de la empresa. ¿El truco? Para reclamar su premio, los destinatarios debían compartir sus datos personales y, en muchos casos, pagar una tasa.
Estas estafas fueron llevadas a cabo por individuos o grupos anónimos, dirigidas a usuarios individuales de correo electrónico de todo el mundo. El ámbito geográfico era tan amplio como la propia Internet, llegando a cualquier persona con una dirección de correo electrónico.
Aunque es difícil calcular el daño financiero exacto, se sabe que muchos fueron víctimas de esta estafa, perdiendo dinero y poniendo en peligro sus datos personales. Las contramedidas consistieron principalmente en campañas de concienciación por parte de Microsoft y otras empresas tecnológicas, haciendo hincapié en que no organizan loterías ni sorteos.
A pesar del anonimato de Internet, algunos autores se han enfrentado a consecuencias legales. En un caso notable, un nigeriano fue procesado en el Reino Unido por una estafa de la Lotería de Microsoft, lo que sirvió de crudo recordatorio de que la ciberdelincuencia no paga.
7. Estafas con criptodivisas: El oro de los tontos en la fiebre digital
En la década de 2010, con el ascenso meteórico de las criptodivisas como el Bitcoin, surgió una nueva clase de estafa. Los estafadores engañaban a las víctimas para que invirtieran o comerciaran con criptodivisas falsas o aprovechaban las vulnerabilidades de seguridad para robar carteras digitales.
Los delincuentes detrás de estas estafas variaban, desde hackers lobos solitarios hasta sofisticadas organizaciones de ciberdelincuentes. Lanzaron una amplia red, dirigida a cualquier persona interesada en las monedas digitales, desde entusiastas individuales hasta empresas. Dado que la criptomoneda es un fenómeno global, estas estafas tuvieron un alcance internacional.
El daño financiero de las estafas de criptodivisas ha sido inmenso. Según un informe de CipherTrace, estas estafas provocaron pérdidas superiores a los 4.500 millones de dólares sólo en 2019. La naturaleza de los datos comprometidos fue principalmente financiera, pero el anonimato y la imposibilidad de rastreo de las criptodivisas a menudo dejaron a las víctimas con pocos recursos.
Las contramedidas han incluido medidas de seguridad más robustas por parte de los intercambios y carteras de criptodivisas, el escrutinio regulador y los esfuerzos de educación pública. Aunque la naturaleza anónima de las criptodivisas dificulta la detención de los delincuentes, se han producido importantes victorias legales. En 2020, las autoridades estadounidenses detuvieron al presunto cerebro de una estafa de criptodivisas que defraudó a los inversores más de 700 millones de dólares.
8. Estafas con entradas en línea: El espectáculo que nunca verá
También en la década de 2010, cuando la compra de entradas en línea para conciertos, acontecimientos deportivos y otros espectáculos se convirtió en la norma, los estafadores vieron una oportunidad. Empezaron a vender entradas falsificadas o inexistentes para eventos de gran demanda, a menudo a precios que parecían demasiado buenos para ser verdad.
Los autores de estas estafas, normalmente individuos o pequeños grupos, se dirigieron a aficionados entusiasmados de todo el mundo, convirtiéndolo en un problema internacional. Los daños financieros han sido importantes, ya que Action Fraud informó de la pérdida de más de 3,7 millones de libras esterlinas por fraude de entradas sólo en el Reino Unido en 2015.
Además de pérdidas económicas, estas estafas solían acarrear una enorme decepción a las víctimas que descubrían demasiado tarde que sus entradas eran falsas. En respuesta a estas estafas, las plataformas de venta de entradas han puesto en marcha procesos de verificación de vendedores más estrictos y consejos de seguridad para los compradores.
Las consecuencias legales para estos estafadores han variado, pero ha habido enjuiciamientos exitosos. En un caso notable, un estafador residente en el Reino Unido que vendía entradas falsas para conciertos y eventos fue encarcelado durante tres años en 2019. A pesar de estos éxitos, las estafas con entradas en línea siguen siendo un problema importante, que nos recuerda a todos que debemos comprar únicamente a fuentes de confianza.
9. Estafas COVID-19: La explotación de una crisis mundial
En 2020, cuando la pandemia de COVID-19 se extendió por todo el mundo, los estafadores encontraron una nueva oportunidad que explotar. Empezaron a vender productos falsos como equipos de protección inexistentes o ineficaces y curas no probadas. Algunos incluso se hicieron pasar por organizaciones benéficas, solicitando donaciones para paliar la pandemia.
Los culpables de estas estafas eran diversos, desde individuos oportunistas hasta grupos de delincuencia organizada. Se dirigieron a particulares, empresas e incluso gobiernos desesperados por encontrar soluciones durante una crisis sin precedentes. Las estafas tuvieron un alcance mundial, reflejo del alcance internacional de la pandemia.
El daño financiero de estas estafas es difícil de calcular pero innegablemente extenso. El coste humano también fue importante, ya que la falsa sensación de seguridad proporcionada por los productos falsos pudo conducir a un aumento de la propagación de virus. Los datos comprometidos fueron principalmente financieros, con víctimas que pagaron por productos o donaciones que nunca se materializaron.
Las contramedidas han incluido una mayor vigilancia y aplicación de la ley por parte de los organismos de protección de los consumidores y campañas de concienciación pública. Las consecuencias legales han variado, y muchos estafadores han sido llevados ante la justicia. En un caso notable, un británico fue encarcelado por vender kits falsos de pruebas COVID-19.
10. Estafas de ofertas de empleo: Cuando la oportunidad se encuentra con el fraude
A partir de principios de la década de 2000, a medida que la búsqueda de empleo se trasladaba cada vez más a Internet, surgió un nuevo tipo de estafa. Los estafadores se hacían pasar por empleadores o reclutadores, ofreciendo atractivas oportunidades de empleo que exigían a los solicitantes el pago de honorarios por adelantado o compartir información confidencial.
Estas estafas fueron perpetradas por individuos o grupos de delincuencia organizada, y las víctimas fueron solicitantes de empleo de todo el mundo. Los daños financieros fueron considerables, ya que las víctimas no sólo perdieron los honorarios iniciales, sino que también quedaron expuestas al robo de identidad.
Los datos comprometidos en estas estafas incluían información personal y financiera, y las víctimas solían compartir desde su dirección particular hasta sus datos bancarios. Las contramedidas han incluido un mayor escrutinio y procesos de verificación por parte de los sitios de anuncios de empleo y la educación pública sobre los riesgos.
Aunque las consecuencias legales de estas estafas han variado, ha habido éxitos notables en la detención y persecución de estos defraudadores. En 2020, se desmanteló una red delictiva nigeriana que tenía como objetivo a solicitantes de empleo estadounidenses, y sus miembros se enfrentaron a múltiples cargos. A pesar de ello, las estafas de ofertas de empleo siguen siendo un problema importante, un recordatorio aleccionador para permanecer alerta ante oportunidades demasiado buenas para ser ciertas.
Conclusión: Mantenerse seguro en el mundo digital
Ante la variada gama de estafas en línea que hemos explorado, es natural sentir un poco de inquietud al navegar por el mundo digital. Pero no desespere; hay medidas prácticas que puede tomar para protegerse y proteger sus datos.
En primer lugar, mantenga siempre actualizados sus dispositivos. Tanto si se trata de su smartphone, tableta u ordenador, los fabricantes lanzan regularmente actualizaciones para corregir fallos de seguridad y mejorar la protección general. Este sencillo paso puede hacer mucho más difícil que los estafadores exploten su dispositivo.
En segundo lugar, considere la posibilidad de invertir en un antivirus para Windows 11, como Norton, Bitdefender, McAfee, Panda, o Kaspersky. Proporciona una capa extra de defensa, bloqueando programas maliciosos y advirtiéndole sobre sitios web inseguros.
Pero ni siquiera el software más avanzado puede sustituir al viejo sentido común y la precaución. Sea escéptico ante las comunicaciones no solicitadas, especialmente si le piden información personal o dinero. Si una oferta parece demasiado buena para ser cierta, probablemente lo sea. Confíe en sus instintos e investigue antes de desprenderse del dinero que tanto le ha costado ganar o de sus datos personales.
Si desea más información sobre cómo mantenerse seguro en Internet y conocer las últimas estafas, aquí tiene algunos recursos de confianza:
- Alertas de estafa de la Comisión Federal de Comercio de EE.UU.: https://www.consumer.ftc.gov/features/scam-alerts
- Centro de Denuncias de Delitos en Internet del FBI: https://www.ic3.gov
- Acción contra el Fraude en el Reino Unido: https://www.actionfraud.police.uk
- Scamwatch de la Comisión Australiana de la Competencia y el Consumidor: https://www.scamwatch.gov.au
- Centro Antifraude de Canadá: http://www.antifraudcentre-centreantifraude.ca
Recuerde que el conocimiento es poder. Cuanto más informado esté sobre las estafas en línea, menos probabilidades tendrá de convertirse en víctima. Manténgase seguro en línea y hagamos de Internet un lugar más seguro para todos.

Autor: Tibor Moes
Fundador y redactor jefe de SoftwareLab
Tibor es un ingeniero y emprendedor holandés. Ha probado software de seguridad desde 2014.
A lo largo de los años, ha probado la mayoría de los principales software antivirus para Windows, Mac, Android e iOS, así como muchas VPN.
Utiliza Norton para proteger sus dispositivos, CyberGhost para su privacidad y Dashlane para sus contraseñas.
Este sitio web está hospedado en un servidor de Digital Ocean a través de Cloudways y está construido con DIVI en WordPress.
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